Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un https://allenovla596911.shotblogs.com/así-fue-el-impacto-del-cabezazo-de-zidane-en-el-mundial-52506923